VIELHA - IGLESIA DE SANT MIQUÈU

Lo primero que llama la atención al visitante cuando contempla el exterior de la iglesia de Sant Miquèu es su imponente torre campanario (siglo XVI), asentada sobre una portada en nártex; la misma resolución arquitectónica la observaremos en la iglesia de Sant Martin de Gausac. La portada, fechada en el salto de los siglos XIII y XIV, representa un fiel testimonio de la evolución artística del lenguaje románico hacia las primeras formas góticas (encontramos el mismo referente en la portada de la iglesia de Sant Estèue de Betren). Se estructura a partir de cinco arcos en degradación donde se escenifican, a partir de elementos escultóricos antropomórficos, diferentes pasajes bíblicos. Antes de entrar en el interior de la iglesia prestaremos atención al antiguo tímpano que decoraba la portada original románica y que actualmente permanece encastada en el muro de poniente adjunto a la puerta de entrada; veremos la típica representación del Cristo Crucificado románico, vestido con túnica hasta las rodillas y en posición frontal y plana. Dentro del edificio religioso destaca la pila bautismal, con una iconografía de motivos vegetales esculpida en relieve muy común en las pilas aranesas del siglo XIII. Al fondo de la nave sobresale el retablo que decora el ábside central, de ejecución gótica y atribuido al Maestro de Vielha. Pero, sin duda, la pieza más emblemática que guarda la iglesia de Sant Miquèu es una talla románica de Cristo que formaba parte de un conjunto escultórico más amplio, producto de la época más madura del taller de Eril la Vall y que representa una de las piezas más paradigmáticas de la escultura románica del siglo XII.

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